Decir que Marina Herlop cuadra el círculo entre el jazz, la clásica, la ópera y la electrónica avanzada, se queda muy corto a la hora de describir el sorprendente talento de esta joven artista catalana, quien en un relativo corto espacio de tiempo ha creado un denso imaginario personal. Tras sus dos LPs Nanook (2016) y Babooshka (2018), cada uno de los cuales revela un poco más de la ambición de la artista y de su visión creativa, su próximo álbum en PAN, está destinado a ser otro punto álgido en su ya estelar carrera. Inspirada por la danza, el teatro, el folklore ucraniano, el anime y la fantasía, y armada con una inolvidable y preciosa voz, Herlop teje un tapiz sonoro que desborda géneros y restricciones tradicionales.